LA MUJER EN LA SOCIEDAD ROMANA
La mujer podía llegar a ser mater familias siempre que
sea de buenas costumbres, es decir, que obedezca al marido y se comporte bien
con él.
La mujer, sin embargo, no pertenecía a la familia sino
estaba casada.
Las mujeres peor paradas en Roma eran las esclavas que
eran consideradas objetos y no sujetos de derecho.
Las mujeres tenían los peores trabajos.
Las esclavas no podían casarse, pero se podían unir a un
esclavo en una unión llamada contubernium.
Las niñas eran confiadas a esclavas, niñeras y amas de
cría. Éstas se encargaban de su crianza. De la educación se encargaban
profesores que iban a su casa. Así pasaban de la infancia a la juventud en la
que pronto se casaban.
La mujer romana tenía más libertad que en otras
civilizaciones, como puede ser la griega, tiene un papel secundario y siempre
estuvo bajo el poder del hombre, ya fuera su padre o su esposo. Las mujeres
romanas jamás poseyeron capacidad política, no eran miembros de la polis en
sentido pleno. Asimismo, su capacidad de obrar estuvo en mayor o menor medida
mediatizada por el poder del hombre.
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